Lo fundamental sobre la patrística es saber que es, por llamarlo de algún modo, el movimiento, tanto literario y filosófico como cultural, que imperó en la Edad Media. Es el movimiento de asentamiento del cristianismo en la sociedad (sobre todo occidental) desbancando a las otras religiones paganas añadiendo que la religión cristiana era la única y verdadera porque era la “Palabra de Dios”. Este movimiento tuvo tres etapas fundamentales, la Primera Patrística (ss. II y III), la Alta Patrística (ss. IV y V) y finalmente la Patrística Tardía (ss. VI y VII).
LA PRIMERA PATRÍSTICA (ss. II y III)LA PRIMERA PATRÍSTICA (ss. II y III)
Con esta premisa, los primeros Padres, se inspiraron en la teoría estoica del logos espermatikos, que se basa en que las religiones hasta la fecha lo que habían hecho era una especie de adaptación de la Palabra de Dios (eterna y presente desde el inicio de los tiempos) por no saber interpretarla correctamente. De este modo lograban explicar ciertas similitudes entre las mitologías paganas y la nueva mitología cristiana.
La primera patrística se desarrolló simultáneamente en dos ámbitos distintos, Oriente, representado por Grecia y Occidente por Roma. Estéticamente se produce un cambio sustancial entre la concepción pagana de los antiguos poetas griegos y la nueva literatura religiosa. Mientras aquellos buscaban el placer y la belleza de su obra utilizando para ello artificios y retóricas varias, el cristianismo defiende la palabra pura, según ellos para preservar la verdad de la palabra divina. Pero existía más afinidad entre ambas culturas de la que cabría esperar, ya que los ideales defendidos por los Padres Primitivos (ss. II-III) se correspondían en buena medida con las ideas destacadas por Platón en sus planteamientos filosóficos. Para los Padres la palabra del poeta es falsa ya que la única verdad es la que de mano directa del Espíritu Santo recibe el profeta. No obstante, aceptan estos padres cierto nivel de verdad en la obra de los poetas, la parte de inspiración que los griegos atribuían a la Musa y que los cristianos llaman inspiración divina, pura y libre de parafernalias.
Los Padres Griegos
Los primeros Padres Apologetas aparecieron en Grecia, donde se fundó también la primera escuela de teosofía cristiana, con base en Alejandría. Se dedicaron a defenderse de los ataques de los paganos desmintiendo que la iglesia fuera una amenaza para el Estado hablando de su forma de vida casta y austera y a su vez atacaron el politeísmo pagano, ya que sólo existía un Dios, que era por supuesto el cristiano y la única verdad era su Palabra, ya que envió a su propio hijo para difundirla.
Uno de los máximos exponente de esta vertiente oriental de la primera patrística fue San Clemente de Alejandría, pagano converso que alrededor del año 200 heredó del filósofo Panteno la dirección de la escuela alejandrina antes citada. Concluyó, San Clemente, que existían tres estratos de perfección entre los seres humanos. El más bajo entre los altos es el filósofo a quien Dios dota de la razón y la inteligencia, en segundo lugar se encuentran los cristianos cuya fe los eleva por encima de toda razón, t finalmente encontramos a los gnósticos en los cuales se unen la razón y la fe, la máxima aspiración que puede tener un cristiano. Este hombre defendía que existía cierta ambigüedad en la expresión literaria, que permite al autor dejar impresa su personalidad en retóricas y enigmas y al lector le proporciona el placer de la interpretación correcta. El otro gran representante de la patrística oriental era el gnóstico cristiano Orígenes. Éste, al igual que el resto de los Padres, defiende la idea de que la manera de narrar de los griegos, abundante en florituras y embellecimientos, induce a la mentira, mientras que la literatura cristiana, austera, como su forma de vivir, despojada de toda retórica es la única verdad posible. Y refuerza su teoría argumentando que cuando Jesús escogió a sus apóstoles, lo hizo entre gente sencilla para lograr llegar con la revelación divina a todo el pueblo tuviera el nivel cultural que tuviera y sin recurrir además al encantamiento de las formas que no lleva más que a la mentira. Defendió también, Orígenes, una especie de actualización de la antigua dualidad res/verba estableciendo tres niveles distintos de interpretación de la palabra, desde la más simple que se queda en lo más superficial hasta el sentido espiritual que sólo aquellos dotados de la gracia divina pueden trascender. Pero estas ideas unidas a la obsesión por alejar la tentación y el pecado de la carne motivaron su auto mutilación y su posterior expulsión de la iglesia alejandrina.
Los Padres Latinos
En cuanto a la vertiente latina cabe resaltar una mayor hostilidad hacia todas las artes. Tertuliano fue cabecilla en este movimiento que llevaba al extremo la sencillez que defendían sus coetáneos griegos al vincular la creación de las artes (aduladoras de los sentidos) a espíritus malignos en la Tierra, llegando a condenar por este motivo todas las artes, prohibir la literatura pagan y criticar el ornamento indumentario de la mujer. Sin embargo también hubo latinos más moderados en su concepción ideológica, como Lactancio, que defendía que Dios había creado todas las almas y que éstas debían ganarse la vuelta al paraíso siguiendo el camino de la virtud. Decimos que es, Lactancio, más moderado porque no condenaba la expresión como medio que alejase de la verdad (calificando de mediocre el lenguaje de las Sagradas Escrituras pero justificando que su belleza moral y su mensaje no necesitan de ornamento), sino que defendía una coexistencia de la res y de la forma tanto posible como necesaria: “pues no es malo que los buenos alimentos tengan, además, buen sabor”.
LA ALTA PATRÍSTICA (ss. IV y V)
En esta época se produce el asentamiento definitivo de la iglesia cristiana en Occidente por encima del paganismo, lo cual significa también la consecuente politización de la iglesia. Sin embargo, y en contra de lo que cabría esperar por las ideas del periodo anterior, este asentamiento trae consigo un amplio desarrollo de la literatura eclesiástica integrando a su vez los modelos helenos. Al igual que en la primera patrística, ésta también se desarrolla en dos vertientes geográficas, la oriental y la occidental.
Vertiente oriental
Debido a la gran cantidad de conversiones entre la población y existiendo el riesgo de una asimilación débil de los conceptos cristianos, la Iglesia creó una nueva forma de vida, que tuvo su cuna en Egipto, y que se basaba en el aislamiento y el ascetismo. Pronto el monaquismo, pues así es como se reconoció esta nueva manera de vivir se extendió por otros muchos lugares dada la gran aceptación que tuvo y además derivó en nuevos géneros literarios motivados por la vida del monje, sus costumbres y labores, etc. Pero no fue la única literatura que vio la luz en oriente durante este periodo, la literatura epistolar estaba en auge, la literatura homilética se desarrollaba con fuerza y nace también la poesía cristiana.
En Asia Menor, la zona donde más asentada estaba la herejía arriana, fue también donde se desarrolló la ortodoxia trinitaria representada fundamentalmente por San Basilio Magno, Gregorio de Nisa (hermano del primero) y Gregorio de Nacianzo, conocidos como Padres Capadocios, que hicieron suya la sabiduría helenística de los grandes poetas y filósofos Griegos y la adaptaron al cristianismo creando una perfecta coalición que expandió enormemente los horizontes de la literatura cristiana. San Basilio en su escrito ad adolescentes, anima a los jóvenes a estudiar las obras griegas de Homero, Platón y otros confiando en que siendo la fe algo que no hay que poner en duda, sabrán estos separar la verdad de las palabras vanas y aprenderán también a utilizar el ornamento y la retórica a favor del mensaje. Aparte de esto, San Basilio atribuía la creación artística a la teoría del logos, ya que el artista sólo interpretaba la obra de Dios. Por su parte, Gregorio de Nacianzo, sostiene que si bien es cierto que el estilo llano de las escrituras no es ni por asomo comparable a la retórica pagana, tampoco el mensaje “monstruoso” se las fábulas griegas se puede comparar con el cristiano aunque se recubra de bellas palabras. Sin embargo, también admite y sostiene que lo ideal sería una literatura con el bondadoso mensaje cristiano y la poderosa narrativa pagana. Por el contrario a los otros dos, el tercer exponente de la patrística oriental de este periodo, San Gregorio de Niza, estaba más cercano ideológicamente a lo planteamientos de Orígenes apoyando la literalidad de las primeras literaturas cristianas, además, en sus reflexiones sobre la creación, el orden y la belleza, establece una analogía entre el eros platónico del Simposio y su idea de la educación de las almas para la vuelta al Paraíso y sitúa como modelo arquetípico de belleza al mismo Dios.
Vertiente occidental
En estas fechas, la unidad de la iglesia se va resquebrajando poco a poco a la par que decae el famoso Imperio que la cobijaba bajo el asedio de los visigodos. Esta decadencia propicia la nueva tarea evangelizadora de la iglesia. San Ambrosio de Milán fue una figura destacada de la época que al igual que Orígenes estableció tres estratos diferentes de interpretación, el literal, el moral y el místico-alegórico.
Sin embargo, el más claro referente de esta época es San Agustín. Éste Aurelio Agustín incurrió tarde en la fe cristiana tras haber probado otras religiones como la maniquea e incluso haberse vuelto escéptico al no obtener resultados de ninguna de ellas. Finalmente se convierte al cristianismo tras una segunda lectura más profunda de las Escrituras, aunque le cuesta renunciar a los placeres mundanos. Fue una pieza fundamental en el desarrollo de la cultura occidental de su época por su gran influencia tanto en la política y el derecho como en la vida social y filosófica. Gran estudioso del Platonismo, revisó los escritos del filósofo una y otra vez para, tomándolos como base, crear una nueva vertiente adaptada a los intereses del cristianismo. Como ya dijimos antes, antes de convertirse al cristianismo, San Agustín bebió de muy diversas aguas en su búsqueda incesante de las fuentes del saber tomando de cada una aquello que le podía ser de utilidad. De esta manera creo Agustín su propia estética basada en la concepción de la retórica de Cicerón, la tradición estoica y el neoplatonismo de Plotino. Así concluye San Agustín que “La belleza del mundo, hecho a imagen de Dios, es belleza que participa de la Belleza infinita del Creador.
Aunque en sus inicios ejerció de profesor de retórica, con el paso del tiempo y habiendo estudiado más a fondo el cristianismo y su filosofía, acabó defendiendo la idea de que lo importante en un texto es la idea que se quiere expresar y difundir y no la manera de hacerlo. Pero no solo eso, siguiendo la estela de Gorgias y los sofistas sobre la problemática de la veracidad poética, San Agustín condena la ficción y la representa en la figura de poetas y pintores por crear mundos ilusorios de mentiras y falsedades.
En cuanto a la interpretación de los textos, siempre hablando de las Sagradas Escrituras, pero por supuesto aplicable a cualquier texto escrito, San Agustín decía que hay distintas formas de interpretación, aunque principalmente lo que hay son formas de expresión. Distingue multitud de maneras de expresar y de entender, y casi siempre tienen que ver con los sentidos y con instintos primarios, pero el hombre ha creado signos más complejos a los que por convención ha dotado de significado (por ejemplo una bandera que ondea a media asta). Lo mismo ocurre con las palabras y el lenguaje escrito, has dos formas de expresar una misma cosa, la que se expresa directamente y la que es necesario descifrar de algún modo, las primeras todos las conocemos, sin embargo, las segundas es necesario tener una idea o ciertos conocimientos previos para lograr discernir lo superficial de lo que se encuentra en el fondo (lenguaje metafórico). San Agustín acusa la confusión existente en algunos fragmentos de los textos bíblicos a las diversas traducciones que han sufrido y que muchas veces al traducir traducciones del original, el sentido primitivo acaba por perderse, por eso recomendaba el Santo el estudio de las lenguas para poder sacar las propias conclusiones y conseguir obtener el sentido original. Y sentencia San Agustín que aunque de por si, el sentido literal pueda contener ambigüedades, siempre es preferible éste al figurado que oculta deliberadamente la idea original que se quería transmitir mediante engaños y artificios.
En cuanto al teatro (teatro clásico, se entiende), San Agustín condena su temática obscena relatando las fechorías y malas artes de los Dioses paganos y sólo lo explica argumentando que los Dioses paganos son Dioses malignos que disfrutan viendo representadas sus atrocidades. Sin embargo, San Agustín encuentra en algunas de las obras una bonita forma de expresión y lo justifica como modo de enseñanza.
TRANSICIÓN, PATRÍSTICA TARDÍA
Es un periodo tortuoso, con un importante deterioro social y cultural debido en gran medida a las guerras y las invasiones bárbaras que sumieron la cultura occidental de aquel momento de lleno en la Edad Media. Únicamente destacaron por su labor de recopilación más que creativa Boecio, Casiodoro e Isidoro de Sevilla.
Los dos primeros, Boecio y Casiodoro, conocieron antes de la decadencia un periodo de plenitud artística.
Boecio estudió las obras de Platón y Aristóteles con intención de traducirlas en su totalidad aunque por desgracia sólo consiguió hacerlo con una pequeña parte de ellas, que, no obstante, fueron suficientes para constituir la base de lo que más adelante sería la escolástica.
La estética Boeciana tiene un tremendo peso en la Edad Media, sobre todo aplicada a la teoría musical, aunque Boecio tiene una concepción de la estética más cercana a Pitágoras que a la que se había dado en la Alta Patrística haciendo una especie de consenso entre ambas, es decir, defiende que lo bello viene dado por la acción conjunta de todas sus partes pero coincide con los neopitagóricos en aplicarles valore numéricos. En cuanto a los estratos de concepción del arte (en este caso musical, pero con claras similitudes con las teorías literarias) Boecio marca tres maneras de entender la música, que serían la mundana (armonía cósmica), humana (resonancia armónica del hombre en el cosmos) y finalmente la instrumental. En esta última se podría incluir la poesía recitada y se define como la imitación que el hombre realiza de “la armonía de la naturaleza” mediante la musicalidad. También, Boecio, es padre de la cuestión de la universalidad en lo que a términos lingüísticos se refiere.
Casiodoro por su parte concluyó que había dos Artes fundamentales, la gramática como grupo de artes de la palabra y la aritmética presidiendo el de las cosas. Al igual que su coetáneo Boecio, Casiodoro incluyó la literatura dentro de las artes musicales. En cuanto a la finalidad de las artes, decía éste que era instruir, conmover y complacer. La concepción de Casiodoro de la belleza era más sensorial que la de los otros pensadores de su época, casi se podría decir extrasensorial.
El otro nombre importante de la transición es Isidoro de Sevilla, aunque la época de este es muy distinta a la de los dos anteriores. Isidoro nació en el 560, en plena decadencia del imperio. A la muerte de su hermano y maestro, Isidoro se hizo cargo de la sede episcopal sevillana y durante el tiempo que ostentó el cargo, colaboró activamente con los monarcas godos y realizó una gran labor catequética logrando también cierta expansión monástica. En su labor pedagógica, San Isidoro diferenció entre Ciencia y Arte como materias distintas aunque reconociendo que el desempeño de ambas requiere el dominio de técnicas y principios fundamentales. En literatura, distinguía entre fábula, que es todo aquello que no ha ocurrido ni podría ocurrir por ser imposible de acuerdo a las leyes naturales, y la historia, que es aquello que se cuenta en base a un hecho acontecido realmente. Como término medio, introduce los argumenta, que son aquellas narraciones que tomando como base un hecho que realmente tuvo lugar, introducen cambios o complementos que, aunque fueran invención del autor, guardan total relación de verosimilitud con los hechos originales. En relación a los géneros literarios, San Isidoro se vio en acuerdo con Platón estableciendo tres formas de expresarse en un texto literario, la primera en la que sólo hay narración, la segunda en la que sólo hay diálogos y una tercera en la que ambos registros se entremezclan.
También, al igual que los primeros Padres, San Isidoro condenaba la poesía y a los poetas aconsejando a los fieles que no se dejaran embaucar por la belleza de los escritos y se refugiaran en la verdad y sabiduría de las Escrituras.
Introducción a la filosofia (Sol lacruz)
martes, 21 de febrero de 2012
la estética de aristoteles 7ma actividad( resumen)
1. Aristóteles distingue entre lo bello y lo simplemente agradable. Así, en los
Problemas1, contrapone la atracción sexual a la selección estética, distinguiendo con
ello entre la belleza real y objetiva y la «belleza» que sólo afecta al deseo. También, en
la Metafísica2, dice que las ciencias matemáticas no dejan de tener alguna relación
con la belleza. Por consiguiente, para él, lo bello, la belleza, no puede ser lo que
estimula agradablemente los sentidos.
2. ¿Distingue Aristóteles entre la belleza y el bien? Sobre este punto no parece que fue
muy claro:
a) En la Retórica3 afirma que «bello es aquel bien que agrada porque es bueno»,
definición que no parece admitir ninguna distinción real entre lo bello y lo moral. (W.
Rhys Roberts traduce τὸ καλόνpor «noble», cf. Oxford Transl., vol. XI.)
b) En la Metafísica, sin embargo, afirma explícitamente que «lo bueno y lo bello se
diferencian (porque lo primero implica siempre alguna acción, mientras que lo bello se
encuentra también en las cosas inmóviles)»4. Esta afirmación diríase que establece
una diferencia por lo menos entre lo bello y lo moral, y puede interpretarse en el
sentido de que lo bello, como tal, no es simplemente objeto de deseo. Esto daría pie
para concebir una doctrina de la contemplación estética y de lo desinteresado de tal
contemplación—como la que concibieron, p. ej., Kant y Schopenhauer.
3. Otra definición o descripción más neta, y más satisfactoria, es la que se halla en la
Metafísica5, donde dice Aristóteles que «las formas principales de la belleza son el
orden, la simetría y la delimitación». La posesión de estas tres propiedades es lo que
confiere a las matemáticas cierto poder cognoscitivo con respecto a los objetos bellos.
(Aristóteles parece haber caído en la cuenta de su oscuridad, pues a continuación
promete hacer más adelante algunas aclaraciones; pero, si cumplió esta promesa, su
cumplimiento no ha llegado hasta nosotros.)
Semejantemente, en la Poética6 dice Aristóteles que «la belleza es cuestión de tamaño
y orden» o consiste en el tamaño y el orden. Así, declara que para que una criatura
viva sea bella sus partes han de aparecer en cierto orden y ha de tener también cierto
tamaño determinado: no ha de ser ni muy grande ni muy pequeña. Esto se ajustaría
más o menos a la definición de la Metafísica, e implicaría que lo bello es objeto de
contemplación y no de deseo.
4. Importa observar que Aristóteles, en la Poética7, señala como materia de la
Comedia lo ridículo, «que es una variedad de lo feo». (Lo ridículo es «un error o una
deformidad que no produce dolor o daño a otros».) Esto significaría que lo feo tiene
cabida en la obra de arte, siempre que se utilice subordinándolo al efecto del conjunto.
Pero Aristóteles no trata expresamente de la relación de lo feo con lo bello, ni se
pregunta hasta qué punto «lo feo» puede llegar a ser un elemento constitutivo de lo
bello.
Problemas1, contrapone la atracción sexual a la selección estética, distinguiendo con
ello entre la belleza real y objetiva y la «belleza» que sólo afecta al deseo. También, en
la Metafísica2, dice que las ciencias matemáticas no dejan de tener alguna relación
con la belleza. Por consiguiente, para él, lo bello, la belleza, no puede ser lo que
estimula agradablemente los sentidos.
2. ¿Distingue Aristóteles entre la belleza y el bien? Sobre este punto no parece que fue
muy claro:
a) En la Retórica3 afirma que «bello es aquel bien que agrada porque es bueno»,
definición que no parece admitir ninguna distinción real entre lo bello y lo moral. (W.
Rhys Roberts traduce τὸ καλόνpor «noble», cf. Oxford Transl., vol. XI.)
b) En la Metafísica, sin embargo, afirma explícitamente que «lo bueno y lo bello se
diferencian (porque lo primero implica siempre alguna acción, mientras que lo bello se
encuentra también en las cosas inmóviles)»4. Esta afirmación diríase que establece
una diferencia por lo menos entre lo bello y lo moral, y puede interpretarse en el
sentido de que lo bello, como tal, no es simplemente objeto de deseo. Esto daría pie
para concebir una doctrina de la contemplación estética y de lo desinteresado de tal
contemplación—como la que concibieron, p. ej., Kant y Schopenhauer.
3. Otra definición o descripción más neta, y más satisfactoria, es la que se halla en la
Metafísica5, donde dice Aristóteles que «las formas principales de la belleza son el
orden, la simetría y la delimitación». La posesión de estas tres propiedades es lo que
confiere a las matemáticas cierto poder cognoscitivo con respecto a los objetos bellos.
(Aristóteles parece haber caído en la cuenta de su oscuridad, pues a continuación
promete hacer más adelante algunas aclaraciones; pero, si cumplió esta promesa, su
cumplimiento no ha llegado hasta nosotros.)
Semejantemente, en la Poética6 dice Aristóteles que «la belleza es cuestión de tamaño
y orden» o consiste en el tamaño y el orden. Así, declara que para que una criatura
viva sea bella sus partes han de aparecer en cierto orden y ha de tener también cierto
tamaño determinado: no ha de ser ni muy grande ni muy pequeña. Esto se ajustaría
más o menos a la definición de la Metafísica, e implicaría que lo bello es objeto de
contemplación y no de deseo.
4. Importa observar que Aristóteles, en la Poética7, señala como materia de la
Comedia lo ridículo, «que es una variedad de lo feo». (Lo ridículo es «un error o una
deformidad que no produce dolor o daño a otros».) Esto significaría que lo feo tiene
cabida en la obra de arte, siempre que se utilice subordinándolo al efecto del conjunto.
Pero Aristóteles no trata expresamente de la relación de lo feo con lo bello, ni se
pregunta hasta qué punto «lo feo» puede llegar a ser un elemento constitutivo de lo
bello.
sábado, 28 de enero de 2012
6ta actividad Resumen el Banquete de platón
Universidad De Los Andes
Facultad de Humanidades y Educación
Escuela De Medios Audiovisuales
Mérida – Venezuela
Cuando Agatón triunfó con su primera tragedia, él y sus compañeros filósofos celebraron su victoria al día siguiente, en una reunión que denominaron “El banquete”, puesto a que se dedicaron a comer, beber y expresar sus opiniones acerca del amor.
El primero que tomó el derecho de palabra después del anfitrión fue Erixímaco, quien planteó apoyado por Fedro que debían de hacer elogio al dios Eros, puesto a que a pesar de ser uno de los dioses más antiguos, ni los poetas ni los sofistas rinden ningún himno o escrito a tan importante dios. Todos los asistentes a la reunión estuvieron de acuerdo y aceptaron la propuesta de debatir sobre el tema, ofreciendo cada uno de ellos un elogio al dios Eros y ver hasta dónde podían profundizar en el tema del amor.
Según expresó Apolodoro que le fue contado por Aristodemo, Los discursos de los elogios más significativos fueron enunciados por varios de los presentes en dicho banquete.
Fedro en su discurso comienza reconociendo al dios Eros como importante por su existencia, puesto a que Hesiodo hace referencia de los demás dioses después de él lo que da como hecho que Eros es el más antiguo. Al hablar del amor dice que debe ser el norte de todo hombre más que cualquier riqueza o posesión y por toda su vida, puesto a que todo lo que un hombre no es capaz de hacer, incluso hasta ser un esclavo, puede hacerlo si está enamorado. Supone que el amante es capaz de dar la vida por su amado y viceversa, pero es más reconocido cuando un amante da la vida por su amado. En conclusión afirma que el dios Eros es el más idóneo para brindar la felicidad al hombre por medio del amor.
Después de Fedro, Pausanias expresó sus pareceres acerca del discurso anterior, sugiriendo que todo aquello era cierto pero que no se podía hablar de un solo Eros, puesto a que éste no podía ser sin Afrodita y Afrodita sin éste, por lo tanto para elogiar a Eros había que reconocer que son dos. Las acciones pueden ser feas o bonitas según la forma en que se realicen y el amor puede ser sublime o vulgar según como se manifieste. Con esto Pausanias explica que hay dos clases de amor: El que solo prestan atención de alguna cualidad efímera o incierta, como la belleza del cuerpo por ejemplo, y cuando ésta se pierde, el amor desaparece y va en búsqueda de otro; y el amor verdadero del que habla Fedro, que se enamora del alma de su amado y perdura en el tiempo sin desaparecer, y haga lo que haga, si es para su amado, será considerado como una acción hermosa.
Eríximaco por su parte, agrega que el amor no solamente se manifiesta por un cuerpo o por un alma, sino por muchas otras cosas que el dios Eros genera en el hombre. Esto lo compara haciendo una analogía con el cuerpo humano que es su ámbito de estudio, puesto a que es médico, dividiéndolo en dos: el cuerpo sano y el cuerpo enfermo, a lo que llama “El doble Eros”, ambos desiguales que buscan amar al mismo cuerpo. Esto también puede ser visto desde la música o cualquier arte, ya que al haber dos desiguales, ambos buscan una armonía o punto de combinación en el que el amor es posible. Por ejemplo si hay notas musicales graves y agudas, no encontraremos un ritmo a menos de que estas se combinen. El amor entonces debe hacer posible esta transformación de lo enfermo a lo sano, y de lo grave o agudo al ritmo, y a su vez, todo esto procede del dios Eros que genera que dicho amor tenga ese poder.
Cuando intervino Aristófanes, la conversación se fue a otro punto de opinión completamente opuesto a los que se habían hablado hasta allí, pues éste contó según su creencia, el origen del hombre desde antes de ser como ahora, cuando la naturaleza suponía tres sexos: Masculino (descendiente del sol), femenino (descendiente de la tierra) y andrógino (descendiente de la luna). Este último participaba de lo masculino y lo femenino. La forma física de estos tres sexos era circular y tenían cuatro piernas, cuatro brazos, dos rostros en una sola cabeza, cuatro orejas, dos órganos sexuales y todo lo demás según el caso. Estos seres tenían gran fuerza y orgullo, lo que los llevó a desafiar a sus propios dioses, y Zeus por castigo los cortó en dos mitades para no extinguir la raza humana, pues no tendrían quien le rindiera honores. Sucedió así que luego de cortarlos, ordenaba Zeus al dios Apolo que volteara sus rostros en dirección al corte y juntara la piel para que quedaran sin aberturas.
Luego de la división cada una de estas nuevas mitades añoraba a su otra mitad y al encontrarse, se entrelazaban con sus brazos y morían de hambre al no querer separarse más. Entonces Zeus trasladó sus órganos genitales hacia su parte delantera para que se reprodujeran y no se extinguiera la raza humana. De allí que las mitades que participaban de lo masculino y lo femenino buscaban su mitad complementaria: los hombres a las mujeres y viceversa, y los que eran de igual sección, buscaban hombre a su otra mitad hombre y mujer a su otra mitad mujer. Por tanto, Aristófanes afirma que los hombres no deben hacer deshonra de ningún tipo a los dioses, pues pueden sufrir las consecuencias de su ira y ser divididos en la mitad del cuerpo humano actual, y el dios Eros es la única guía para vivir en amor por lo que debería ser enormemente venerado. Al terminar su discurso, Aristófanes suplicó a Eríximaco que no se burlase ni emitiera juicio de su discurso y Eríximaco manifestó estar tranquilo por saber que el turno seguía a Sócrates y Agatón.
Agatón comienza su elogio afirmando que todos han hablado de la humanidad y de los favores que el dios Eros le concede, pero ninguno le ha atribuido por sus cualidades. Las características de Eros son a diferencia de lo que proponía Fedro, un dios joven y hermoso, pues nadie se puede resistir a él y por la edad en la que aparece, en el nacimiento de la juventud de los hombres, no puede tratarse de un dios antiguo. Asegura que es valiente y justo, por haber vencido a Ares que solía ser el más valiente, y por no encontrarse en él ninguna inconformidad, discusión o pelea, en cambio ningún ser quisiera estar sin él. Además en el caso de la poesía, Eros genera los más hermosos versos y prosas en aquellos que ni siquiera conocen de las mismas. Todos los participantes del banquete, reconocen animosamente el elogio emitido por Agatón.
Sócrates que no había hablado se sintió en apuros por todas las palabras de sus compañeros pues decía no saber nada por sí mismo del dios Eros. Luego de hacerle varias preguntas a Agatón y hacerle saber que Eros no era ni bello ni bueno ni feliz, porque necesitaba ser amado para alcanzarlo, decidió contar lo que le pasó a él cuando pensaba así hablando con Diótima, una mujer que lo convenció de lo que él a Agatón. Ella decía que el hecho de que Eros no fuera bello, no significaba que necesariamente era feo, sino que había un punto intermedio. Así pues, Eros no era dios por no ser bello ni feliz, pero esto tampoco significaba que era un mortal. Diótima, decía que Eros era un Demon, un ser que interpreta las palabras y suplicas de los humanos y la lleva a los dioses y viceversa y a través de él funcionan las adivinaciones, los ritos y los elogios a los demás dioses. Eros es concebido según Diótima, de Poros y Penía, el dia del nacimiento de la diosa Afrodita, cuando Penía se aprovecha de la embriaguez de Poros y concibe a Eros, que es luego acompañante de Afrodita y su escudero pero no un dios como ella y por esto necesitado de amor, belleza y felicidad. Fue así como Sócrates demostró que el amor, aunque no se sepa completamente sobre él, hay que indagar a fondo con razonamiento lógico que lleve a alguna verdad.
Realizado Por Lacruz Sol Profesora Virginia Bénitez
Introducción a la filosofia
5ta actividad Resumen apologia de Sócrates
Universidad De Los Andes
Facultad de Humanidades y Educación
Escuela De Medios Audiovisuales
Mérida – Venezuela
Sócrates, se enfrenta a las acusaciones de los atenienses en un juicio, en el que solo tiene su testimonio como defensa para demostrar con palabras que es inocente.
Comienza disculpándose por todas las cosas que va a decir pues no desea que se le acuse también de arrogante o pretencioso y asegura que lo que va a hablar es simplemente la verdad.
Se le acusa de persuadir a los jóvenes con sus teorías de investigación de las cosas de los cielos y debajo de la tierra, de conseguir argumentos fuertes en aquellos que son más débiles, de no creer en los dioses y fomentar esto entre los jóvenes y además se le desprecia por ir ante los políticos, artesanos y poetas, emitiendo juicio sobre su sabiduría.
Sócrates, explica esta situación, contando sus vivencias y todo lo que él ha hecho, desde que un amigo suyo (Querefonte) consulta el oráculo de Delfos, y pregunta si hay alguien entre los hombres más sabio que Sócrates, a lo cual el oráculo responde que no existe hombre más sabio que él. Al saber esto, Sócrates queda impresionado pues se enfrenta con la contradicción de que él no es ningún sabio y nunca lo ha considerado, pero el oráculo no puede mentir porque viene del dios Zeus y no le es permitido.
Sócrates, decide ir en búsqueda de uno de los políticos de Atenas, a ver si logra demostrar que éste es más sabio que él, para así poder debatir con el oráculo, pero luego de estudiar a este político y dialogar con él, se da cuenta que este no es tan sabio como cree serlo y trata de demostrárselo, lo que crea enemistades con él y con sus seguidores. Lo mismo sucede con los artesanos y poetas atenienses, a los que Sócrates, con el mismo procedimiento, se da cuenta de que estos afirman cosas que creen saber, pero que en realidad no tienen certeza de las mismas y de las que creen hacer por arte e inspiración, guardan mucha sabiduría dentro de sí pero ellos tampoco tienen la certeza de eso.
Con estos resultados, Sócrates reflexiona acerca de la sabiduría, pues estas personas ciertamente saben algunas cosas que él no sabe, pero en la mayoría de los casos suelen afirmar que conocen aquellas de las que no están seguros, lo que los hace ignorantes en su misma sabiduría. Por esto, él afirma que es más sabio que ellos, en el sentido de que reconoce cuando no sabe de alguna cosa y cuando la sabe también lo reconoce, es decir, que su sabiduría está en reconocer que no merece nada con respecto a la sabiduría. El tiempo siguiente, continúa indagando en este estudio. Algunos jóvenes al oír sus análisis y reflexiones, le siguen y juegan a analizar a las personas de Atenas y a ellos mismos, y algunas veces consiguen demostrar que no tienen conocimiento de lo que creen saber. Esta actitud es descrita por los atenienses como corrupción de los jóvenes, por parte de Sócrates.
Ante el juicio, Sócrates le demuestra por medio de preguntas a Meleto (El principal acusante) y a los jueces, que él es inocente de todos los cargos que se le acusan, que es imposible que él hable de divinidades que por medio del oráculo le mandaron a estudiar la sabiduría y que no crea en los dioses, que los jóvenes pueden ser mejores si aprenden de los jueces, los asambleístas y de todos los atenienses y que de él no puedan aprender, que la ley en su justicia debería ser que él fuera llevado de forma privada a enseñanza y reprensión en vez de llevarlo a un juicio de condenación y castigo; que los hombres en vez de perseguir la virtud a través del conocimiento estaban más pendientes del dinero y el prestigio y de los intereses individuales. También pregunta si hay alguna acusación por parte de los jóvenes hacia él, pero ninguno levantó.
Luego de esto los jueces se reúnen y discuten el caso y exponen ante todos los atenienses su veredicto final. Sócrates es acusado culpable, lo cual no lo sorprende, pues entiende que así funcionan los intereses del hombre. Al preguntarle a Meleto que cual es su opinión acerca del castigo, este propone la pena de muerte, puesto a que antes le había propuesto que podía quedar libre si dejaba de filosofar y se dedicaba el resto de su vida a cualquier otra ocupación, a lo que Sócrates se negó completamente porque en todo momento alegó que su misión era estudiarse a sí mismo y a los demás.
Sin más que hablar sobre la condena, Sócrates habla por última vez a los atenienses, diciéndoles que la muerte para él no significa ningún mal puesto a que ha hacho lo bueno, que no hay daño que puedan hacerle mayor al que se están haciendo a sí mismos y que van a seguir sin entender que el conocimiento es reconocer cuando se carece de él.
“Cuando mis hijos sean mayores, atenienses, castigadlos
causándoles las mismas molestias que yo a vosotros, si os parece
que se preocupan del dinero o de otra cosa cualquiera antes que
de la virtud, y si creen que son algo sin serlo, reprochadles, como
yo a vosotros, que no se preocupan de lo que es necesario y que
creen ser algo sin ser dignos de nada. Si hacéis esto, mis hijos y yo
habremos recibido un justo pago de vosotros. Pero es ya hora de
marcharnos, yo a morir y vosotros a vivir”.
Luego de esto, Sócrates con la serenidad que mantuvo durante toda su vida, bebe de la “cicuta” (potente veneno que utilizaban para la pena de muerte), lo que le ocasiona la muerte inmediata.
Facultad de Humanidades y Educación
Escuela De Medios Audiovisuales
Mérida – Venezuela
Sócrates, se enfrenta a las acusaciones de los atenienses en un juicio, en el que solo tiene su testimonio como defensa para demostrar con palabras que es inocente.
Comienza disculpándose por todas las cosas que va a decir pues no desea que se le acuse también de arrogante o pretencioso y asegura que lo que va a hablar es simplemente la verdad.
Se le acusa de persuadir a los jóvenes con sus teorías de investigación de las cosas de los cielos y debajo de la tierra, de conseguir argumentos fuertes en aquellos que son más débiles, de no creer en los dioses y fomentar esto entre los jóvenes y además se le desprecia por ir ante los políticos, artesanos y poetas, emitiendo juicio sobre su sabiduría.
Sócrates, explica esta situación, contando sus vivencias y todo lo que él ha hecho, desde que un amigo suyo (Querefonte) consulta el oráculo de Delfos, y pregunta si hay alguien entre los hombres más sabio que Sócrates, a lo cual el oráculo responde que no existe hombre más sabio que él. Al saber esto, Sócrates queda impresionado pues se enfrenta con la contradicción de que él no es ningún sabio y nunca lo ha considerado, pero el oráculo no puede mentir porque viene del dios Zeus y no le es permitido.
Sócrates, decide ir en búsqueda de uno de los políticos de Atenas, a ver si logra demostrar que éste es más sabio que él, para así poder debatir con el oráculo, pero luego de estudiar a este político y dialogar con él, se da cuenta que este no es tan sabio como cree serlo y trata de demostrárselo, lo que crea enemistades con él y con sus seguidores. Lo mismo sucede con los artesanos y poetas atenienses, a los que Sócrates, con el mismo procedimiento, se da cuenta de que estos afirman cosas que creen saber, pero que en realidad no tienen certeza de las mismas y de las que creen hacer por arte e inspiración, guardan mucha sabiduría dentro de sí pero ellos tampoco tienen la certeza de eso.
Con estos resultados, Sócrates reflexiona acerca de la sabiduría, pues estas personas ciertamente saben algunas cosas que él no sabe, pero en la mayoría de los casos suelen afirmar que conocen aquellas de las que no están seguros, lo que los hace ignorantes en su misma sabiduría. Por esto, él afirma que es más sabio que ellos, en el sentido de que reconoce cuando no sabe de alguna cosa y cuando la sabe también lo reconoce, es decir, que su sabiduría está en reconocer que no merece nada con respecto a la sabiduría. El tiempo siguiente, continúa indagando en este estudio. Algunos jóvenes al oír sus análisis y reflexiones, le siguen y juegan a analizar a las personas de Atenas y a ellos mismos, y algunas veces consiguen demostrar que no tienen conocimiento de lo que creen saber. Esta actitud es descrita por los atenienses como corrupción de los jóvenes, por parte de Sócrates.
Ante el juicio, Sócrates le demuestra por medio de preguntas a Meleto (El principal acusante) y a los jueces, que él es inocente de todos los cargos que se le acusan, que es imposible que él hable de divinidades que por medio del oráculo le mandaron a estudiar la sabiduría y que no crea en los dioses, que los jóvenes pueden ser mejores si aprenden de los jueces, los asambleístas y de todos los atenienses y que de él no puedan aprender, que la ley en su justicia debería ser que él fuera llevado de forma privada a enseñanza y reprensión en vez de llevarlo a un juicio de condenación y castigo; que los hombres en vez de perseguir la virtud a través del conocimiento estaban más pendientes del dinero y el prestigio y de los intereses individuales. También pregunta si hay alguna acusación por parte de los jóvenes hacia él, pero ninguno levantó.
Luego de esto los jueces se reúnen y discuten el caso y exponen ante todos los atenienses su veredicto final. Sócrates es acusado culpable, lo cual no lo sorprende, pues entiende que así funcionan los intereses del hombre. Al preguntarle a Meleto que cual es su opinión acerca del castigo, este propone la pena de muerte, puesto a que antes le había propuesto que podía quedar libre si dejaba de filosofar y se dedicaba el resto de su vida a cualquier otra ocupación, a lo que Sócrates se negó completamente porque en todo momento alegó que su misión era estudiarse a sí mismo y a los demás.
Sin más que hablar sobre la condena, Sócrates habla por última vez a los atenienses, diciéndoles que la muerte para él no significa ningún mal puesto a que ha hacho lo bueno, que no hay daño que puedan hacerle mayor al que se están haciendo a sí mismos y que van a seguir sin entender que el conocimiento es reconocer cuando se carece de él.
“Cuando mis hijos sean mayores, atenienses, castigadlos
causándoles las mismas molestias que yo a vosotros, si os parece
que se preocupan del dinero o de otra cosa cualquiera antes que
de la virtud, y si creen que son algo sin serlo, reprochadles, como
yo a vosotros, que no se preocupan de lo que es necesario y que
creen ser algo sin ser dignos de nada. Si hacéis esto, mis hijos y yo
habremos recibido un justo pago de vosotros. Pero es ya hora de
marcharnos, yo a morir y vosotros a vivir”.
Luego de esto, Sócrates con la serenidad que mantuvo durante toda su vida, bebe de la “cicuta” (potente veneno que utilizaban para la pena de muerte), lo que le ocasiona la muerte inmediata.
Realizado por Lacruz Sol
Profesora Virgina Bénitez
Introducción a la filosofia
miércoles, 11 de enero de 2012
4ta actividad esquema fragmentos de Heraclito
profe aqui comparto el link dela actividad 4 esquema fragmentos de heraclito
google.com/viewer?a=v&pid=explorer&chrome=true&srcid=0Bxnw8QYWPN6gZWNiN2JjN2QtN2Q3Yi00ZWUzLThjYTktN2ZkMWM5MjcwODYw&hl=en_US
google.com/viewer?a=v&pid=explorer&chrome=true&srcid=0Bxnw8QYWPN6gZWNiN2JjN2QtN2Q3Yi00ZWUzLThjYTktN2ZkMWM5MjcwODYw&hl=en_US
sábado, 7 de enero de 2012
martes, 1 de noviembre de 2011
Apologia de Los Dioses griegos segùn la teogonia de hesiodo 2DA ACTIVIDAD
hola profe aqui le comparto el link del esquema de los dioses griegos, no lo habia subido antes xq el blogs no me abria. gracias y disculpe la tardanza
https://docs.google.com/viewer?a=v&pid=explorer&chrome=true&srcid=0Bxnw8QYWPN6gMDQ3MjgxNjgtNmU2My00NmViLTgzZjQtN2Q0NzRkN2UyZjJk&hl=en_US
https://docs.google.com/viewer?a=v&pid=explorer&chrome=true&srcid=0Bxnw8QYWPN6gMDQ3MjgxNjgtNmU2My00NmViLTgzZjQtN2Q0NzRkN2UyZjJk&hl=en_US
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